EL VOLANTINERO MÁS IMPORTANTE DE CHILE
Una tradición que no muere tiene a su hombre clave
Dicen que los primeros volantines surgieron en China. Y bueno, no lo negamos, pero los chilenos sabemos que es aquí donde esa tradición alcanzó la excelencia y la popularidad total.
Hay algo emocionante en ver un cielo cubierto de cometas, tirados por hilos que conducen a niños y padres que de seguro tienen una sonrisa en sus rostros.
Y como en toda tradición, hay ciertos personajes fundamentales. Uno de ellos, en el oficio de la fabricación y diseño de volantines, es don Guillermo Prado.
Nacido en el centenario de nuestro país (1910), don Guillermo llevó el aparentemente simple oficio de volantinero a la categoría de arte. Obsesionado con la aerodinámica, trabajó toda su vida buscando las medidas exactas para alcanzar la optimización máxima de los cometas. Fue referente además con los diseños de sus creaciones. Combinaciones de colores que inspiraron incluso a un gran artista nacional como Nemesio Antúnez.
Y don Guillermo fue más allá aún. A él se le adjudica la invención del carrete de volantín. ¡Así tal cual! Don Guillermo desarrolló ese dispositivo tan común en nuestros días y que facilita muchísimo el poder encumbrar un volantín y llegar hasta alturas impensadas.
En entrevistas dijo que se consideraba un niño pues era un inventor de juguetes. Y claramente eso era. Un enamorado del juego, un apasionado por conquistar el cielo. Por lo mismo fue que llegó a exponer en el Museo de Bellas Artes y en la Muestra de Artesanía UC hasta el 2002, un año antes de su fallecimiento.
El legado de don Guillermo perdura hasta hoy y si en este 18 el cielo se cubre de volantines, es en gran medida gracias a la labor incalzable de este artesano chileno inspirador. ¡Salud por Don Guillermo!