¡Feliz Día del Profesor y Profesora!
Celebramos el 16 de octubre con una lista de algunos de los profesores chilenos más importantes de nuestra historia.
Los profesores y profesoras se convierten en nuestros primeros referentes. Esos adultos que miramos desde pequeños absorbiendo sus saberes en la sala de clases, no solo nos enseñan materias del currículum escolar, sino que también nos acompañan a enfrentar la vida.
En este mes del día del profesor, les contamos sobre algunos de los maestros que cambiaron el destino de la educación pública en Chile.
Amanda Labarca
Con tan solo 15 años, se graduó de bachiller en Humanidades y luego trabajó como docente en el colegio Santiago College. A los 18 años se tituló de profesora de Castellano y luego siguió su educación en las Universidades de Columbia, EEUU, y La Sorbona, Francia. Fue en estos viajes donde se impregnó de los ideales feministas y regresó al país con la misión de sacar a las chilenas de su puesto de reclusión que mantenían dentro de la sociedad. De esta manera lideró la lucha por el voto de las mujeres, fue embajadora y activista del siglo XX. Gracias a su arrojo, las puertas para las mujeres en la educación superior se flexibilizaron.
Pedro Aguirre Cerda
Un profesor presidente fue Pedro Aguirre Cerda, quien asumió la presidencia de Chile en 1938 con el lema “Gobernar es educar”. Titulado de abogado y profesor de Castellano en la Universidad de Chile, fue llamado “El Presidente de los pobres”, pues entendió que la educación y el servicio público eran la clave para hacer una sociedad más igualitaria en oportunidades. Colocó el acento práctico en un intenso plan de construcción de escuelas.
Gabriela Mistral
Amiga de Pedro Aguirre Cerda, esta sublime escritora comenzó como profesora normalista en pequeñas escuelas del Valle del Elqui. Si bien Mistral nunca cursó estudios formales de pedagogía, debido a sus columnas progresistas publicadas en varios periódicos de la IV región, se le negó ingresar a la Escuela Normal de la Serena por considerar que “escribía composiciones paganas y podría convertirse en caudillo de las demás alumnas”.
Tras años de docencia, el liceo N°6 de Niñas de Santiago fue el último colegio del país en contar con su labor. Aquí asumió como directora en 1921 y al año siguiente partió a México para colaborar en los planes de la reforma educacional y la creación de bibliotecas populares.
Sobre las escuelas Gabriela Mistral escribía “Los maestros deben mostrar las bellezas y miserias de su escuela, para crear lenta pero seguramente, la simpatía de la ciudad hacia ella, ya que solo conocer conduce a amar. La vida de un establecimiento no ha de ser interior, subterránea, fría: se ha de derramar hacia afuera. Exhibición, no; transparencia de la labor que se realiza, plena luz en torno a ella, porque es honrada, y petición de ayuda, porque a todos importa la casa de los niños, porque debe ser ella la preocupación latente de todos los hombres y mujeres buenos y conscientes”.
Qué honor debe haber sido tener a esta premio Nobel en humildes salas entregando lo mejor de ella para formar a futuras generaciones.
Juan Gomez Millas
Su nombre es ahora el nombre de la conocida facultad de ciencias sociales de la Universidad de Chile. Gomez Millas estudió en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde se tituló de profesor de Ciencias Sociales. Simpatizante de las ideas nacionalistas, se enfocó como Ministro de Educación en el fortalecimiento de la educación pública en los gobiernos de Carlos Ibáñez del Campo y Eduardo Frei Montalva. Además como rector de la Universidad de Chile posicionó a esta casa de estudios como una de las mejores de Latinoamérica. Sin duda la mitad del siglo XX fue una época de intelectuales al servicio de las necesidades populares.
Profesor Maza
José María Maza Sancho es el nombre completo de este popular astrónomo chileno de estos tiempos. Licenciado en Astronomía por la Universidad de Chile y doctor en Astronomía en la Universidad de Toronto, Canadá, Maza se ha dedicado los últimos años a la divulgación científica. Explica de manera fácil los misterios del universo llenando cada estadio y auditorio donde se presenta, haciendo de las ciencias un tema accesible para todas las edades y clases sociales. Ha publicado más de ciento veinte artículos de investigación en revistas de astronomía y su rol popular lo complementa con el de profesor titular de Astronomía en la Universidad de Chile. Obtuvo el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1999 y es autor de los libros Astronomía contemporánea y coautor de Supernovas. Su libro Somos polvo de estrellas se ha transformado en el primer bestseller de divulgación científica en Chile, un fenómeno que ha abierto paso a otras publicaciones científicas para público masivo.
Por último, gracias a todas las maestras y maestros anónimos que incluso en pandemia han buscado maneras de hacer accesible el conocimiento y han sabido responder las dudas de quienes están recién aprendiendo. Este mes es para homenajearlos y no olvidar jamás su aporte en la sociedad.