La canción más antigua de Chile
¿A qué ritmo bailamos por primera vez?
Menear el esqueleto ha sido una necesidad básica en todas las culturas y naciones del mundo. Y Chile no ha sido la excepción. Pero ¿cuál fue la primera canción en nuestro país? Recorramos un poquito la historia.
En los siglos XVII y XVIII la música es controlada en su mayoría por la Iglesia. En la Catedral de Santiago o en la de Concepción se cantaba música gregoriana y polifonía renacentista. No existían expresiones musicales que pudieran ser consideradas como “música chilena”, puesto que la República, como tal, no existía. Las influencias del extranjero, sobre todo de España, eran las que marcaban la pauta en términos musicales.
No es sino hasta el siglo XIX que encontramos el surgimiento de una música chilena propiamente tal. Gran influencia ejercieron las bandas militares, como por ejemplo el Ejército de Los Andes o los Talaveras. En 1820 aparece nuestro primer Himno Nacional, compuesto por Manuel Robles. En 1828 es reemplazado por el que todos conocemos, obra de Ramón Carnicer. De esta época también se puede destacar al compositor autodidacta y chileno José Zapiola, quien compuso el Himno de Yungay, que fue considerado popularmente como el segundo himno nacional.
Pero no podemos decir que el Himno Nacional sea muy bailable pues, compadrito. La llegada del fonógrafo a Chile permitió que se pudieran realizar las primeras grabaciones musicales en nuestro país. El primer registro (después del Himno Nacional) es de 1906 y es, cómo no, una canción de amor. Se titula serenata amorosa, y es una tonada grabada a dos voces. Parece que desde el principio hemos sido cebollentos en nuestros gustos musicales como país. ¿Podríamos decir entonces que la primera canción grabada en nuestro país fue un lento? Parece que sí, compadrito.
Ahora, si de mover el esqueleto hablamos, no podemos dejar de mencionar “el rock del mundial”, la pegajosa y popular composición que la banda nacional The Ramblers hicieron con ocasión del mundial de fútbol celebrado en nuestro país el año 1962. No hay nadie que la escuche y no sienta ganas de ponerse a bailar en el acto.