LA FIESTA DE LA LUNA
Chiloé es una tierra llena de mitos y leyendas y una de las fiestas
más místicas ocurre en esta fecha.
El Trauco, el Caleuche, el Camahueto, la Fiura, la Pincoya… las leyendas chilotas nos llevan a recorrer la isla desde un imaginario místico. Los bosques y el mar adquieren un encanto casi fantasmal y las noches parecen rodeadas de sombras y secretos. Sin embargo, en febrero, para el sector de Chanquín en la comuna de Chonchi, cerca de cinco mil personas cada año se dirigen a Chiloé para mirar el cielo. Y es que desde el camping del Abuelo Peto, frente al lago Huelde, la protagonista es la luna llena.
Una gran fogata que calienta e ilumina las batucadas y canciones da inicio cada noche a la fiesta de la luna que dura casi toda la madrugada. Cada año la fogata se prende de forma distinta, en medio de canciones y shows realizados por los mismos asistentes, así que no importa si se repite el plato, la fiesta de la luna es una eterna primera vez.
Desde Castro y tras dos horas de bus, los cientos de visitantes, en su mayoría estudiantes universitarios de todo Chile y mochileros, terminan sus vacaciones en este lugar. Las carpas del camping forman casi una aldea y si no alcanza puesto, tiene otros dos camping aledaños donde quedarse: “La Pepa” y “El Manzano”, para luego apenas oscurezca gatear hacia la fiesta principal pagando una entrada que bordea apenas los dos mil pesos.
Se recomienda llevar los víveres desde Castro y si leyendo esto se motivó, puede buscar recomendaciones y tips en el grupo de facebook del evento, mire que a través de las redes sociales se organiza este encuentro.
Sin duda Chiloé tiene espacio y panoramas para visitantes de todos los gustos. En la Fiesta de la Luna, de día puede hacer trekking por el Parque Nacional, conectarse con la naturaleza y los tonos de verde tan escasos el resto del año, y de noche, las estrellas lo acompañarán. La luna
será como una luz que alumbre su camino y cuando termine febrero dirá “me voy pero te juro que el próximo año volveré”.