¿La luna fue realmente de un chileno?
Este 20 de julio se celebra un nuevo aniversario desde que el hombre llegó por primera vez a la luna, ¿qué le parece si le contamos que en el año 1969 días previos al 20 de julio los tripulantes del Apolo 11 tuvieron que pedirle permiso a un chileno para poder alunizar?, o al menos eso es lo que se cuenta.
Probablemente si le nombramos a Jenaro Gajardo no le suene ni un poquito conocido. Este señor fue un poeta, pintor y abogado chileno oriundo de Traiguén, que se adjudicó una de las más grandes hazañas en la historia de nuestro país, esto porque fíjese que Don Jenaro quiso nada menos que convertirse en el propietario de la Luna. Tal como lo está leyendo, el chileno Jenaro Vera fue el dueño legal de nuestro satélite natural desde el día 25 de septiembre de 1954 hasta el 3 de mayo de 1998, día en que fallece.
¿Cómo logra un chileno convertirse en el dueño de la Luna? Según cuentan las malas lenguas, don Jenaro quería formar parte de un selecto grupo de personas en la ciudad de Talca, lugar del que se le prohibió ser partícipe, ya que el requisito primordial era poseer alguna propiedad, cosa que para él estaba totalmente fuera de alcance. Pero como todo típico chileno, don Jenaro no se iba a quedar con los brazos cruzados, así que tan pronto se recuperó del mal rato de haber sido rechazado del Club Social, partió rapidito a reunirse con el notario de Talca, César Jiménez, quién lo ayudó a inscribir el satélite mediante un artículo legal para terrenos sin título de dominio, convirtiéndolo en el único dueño de LA LUNA.
Lamentablemente el Conservador de Bienes Raíces de Talca (lugar donde debía inscribirse dicho documento) no tiene registros de tal inscripción, por lo que nunca pudo comprobarse el trámite. De lo que sí hay registro, es de la popularidad que ganó Don Jenaro Gajardo, que lo tuvo paseándose por todos los diarios a lo largo de Chile, y hasta el mismo Don Francisco lo invitó a conversar al mítico Sábado Gigante.
Al parecer, la historia del único hombre que consiguió la hazaña de convertirse en dueño de la Luna forma parte solo de nuestra tradición, porque no existen pruebas de que esto haya sido noticia en el extranjero.
Cuentan que a lo largo de la historia fueron muchas las personas que intentaron la proeza de nuestro querido Jenaro, pero solo él lo consiguió. Nunca sabremos si realmente un chileno fue el dueño de La Luna, nunca sabremos si efectivamente ese chileno recibió un llamado de Estados Unidos para obtener un permiso y enviar a Neil Amstrong, el primer hombre en pisarla. De lo que sí podemos estar seguros, es que gracias a la declaración que establece que la Luna es Patrimonio Común de la Humanidad, nos salvamos de pedirle autorización a Don Jenaro cada vez que quisiéramos que la luna lunita nos diera platita.