LA OTRA BATALLA DE PENCO | Vino Gato
 
 

LA OTRA BATALLA DE PENCO

 
 

Un castillo, una casa en el lago y algunos de árboles. Todo en un tono azul en contraste al blanco del plato. Ese es el diseño que tiene una de las piezas de loza más popular de chile (junto con las tazas transparentes para el té). Lo debe haber visto más de alguna vez, quizás en cada de un vecino, de un pariente, o en la TV. Es posible también que incluso algún almuerzo se comiera en él. Mucho tiempo pasó y de a poco nos dimos cuenta que el plato era de uso popular, y recién en los últimos años pudimos conocer un poco más sobre su historia. Puedes leer la historia completa acá: https://www.tipicochileno.cl/el-plato-mas-popular-de-chile/

Penco es una comuna y ciudad costera ubicada en la provincia de Concepción, que se ha visto marcada por la actividad industrial. En los libros de historia destaca por su batalla en la guerra de Arauco, un cruel enfrentamiento en el lejano año 1550 entre fuerzas españolas, al mando de Pedro de Valdivia, y fuerzas mapuches al mando del toqui Ainavillo que dejó un saldo de 4.000 indígenas caídos y cientos de mutilados por orden del conquistador.

Fuera de la historia oficial y más cercana a la cultura popular, Penco renació en la década de los 60’s gracias a la identidad que le generó el tradicional diseño de sus platos marca Fanaloza que luego cambió su nombre a Lozapenco. Un castillo, una casa en el lago y algunos árboles, todo en tinta azul en contraste al blanco de la loza ¡Quizás en su hogar hubo un juego de platos de estos! Seguro que sí, y si no, en casa de la abuela.

Sin embargo, no todo lo que brilla es loza recién lavada. Es el dueño de esta fábrica, Feliciano Palma, quien el 12 de abril de 1990 queda al descubierto con el fraude tributario más grande sufrido por el Estado de Chile hasta ese momento: la empresa Lozapenco, había defraudado al fisco con más de US$ 46 millones, unos US$ 80 millones de esta época.

El escándalo, que fue tema país recibiendo el nombre de “el fraude del siglo”,  hizo que Lozapenco quebrara, generando una grave crisis social en esa comuna: 1.600 personas que trabajaban en la empresa quedaron cesantes. Un número bastante alto si pensamos que además la población total de la ciudad era de apenas 40.000 habitantes.

A pesar del fraude, la identidad generada por esta loza que se volvió de culto no se perdió. Es más, los diseños y el amplio uso de Lozapenco, industria nacional que competía con la loza y plásticos importados chinos fueron tema de tesis de una estudiante de diseño de la Universidad de Chile, y la Municipalidad de Penco el año 2017 homenajeó el plato que los puso en el radar de las ferias costumbristas y las mesas de la clase media chilena, creando un mural que replica la ilustración a tinta azul ¿Y saben dónde se instaló esta intervención? En una ubicación estratégica: en el barrio donde todavía viven maestros loceros que trabajaron en Fanaloza en esa época. Feliciano Palma fue preso muchas veces más por fraudes del mismo tipo, pero los platos y tazas a la hora del té quedaron en el uso y recuerdo.

 

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