La verdadera historia del Guatón Loyola
Todos los años escuchamos y zapateamos esta famosa cueca, ¿pero Ud. sabía que está basada en una historia real? Acá se la contamos.
No hay quien pueda permanecer sentado cuando comienza la canción. Es un hit dieciochero por excelencia que saca a bailar tanto al más pequeño como a la abuela que mira sentada el espectáculo casero. Y es que el “puñete” que recibió el ‘Guatón’ Loyola es la golpiza más célebre de nuestra historia. Esta cueca fue escrita por el humorista y libretista de radio Alejandro Gálvez en 1954. La canción trata de un desafortunado hombre que se ve inmerso en peleas donde recibe golpizas azarosas por doquier. Pero esta pelea no es producto de la imaginación de Gálvez, sino mas bien es el resultado de la recapitulación que hizo sobre el acontecimiento que vivió en carne propia Eduardo Loyola.
La historia real es así: Loyola, un típico chileno, de más de 90 kilos de peso, tras ver mancillado el honor de unas garzonas en el casino de un rodeo, fue a encarar a quienes cometían la fechoría. Enfrentándose solo ante un trío de sujetos, finalmente fue derrotado a la vista de los mirones. Sin embargo, la pelea real no fue en Los Andes, sino que en la localidad de Parral, pero el grupo “Los Perlas” que compuso la canción, la cambió de zona para mejorar la rima.
Resulta que el Guatón ya entonado compartía con sus amigos hasta que llamó su atención una dama que hace rato cortejaba, de belleza nativa, la mujer se levantó y muchos piropos de los afuerinos que hasta sonrojarla se escucharon, cosa que al guatón Loyola molestó.
Se levantó raudamente para defender el honor de la dama, pero sin mediar espera, se trenzaron a combos a vista y paciencia hasta de la policía. Las cantoras siguieron su canto, saltaban los vasos, los jarros y el comistrajo; peleaban salvajemente y las empanadas volaban por entre las ramas. Los puñetazos iban en todas las direcciones y los combos locos que se perdían los recibía el Guatón Loyola. Sin embargo su entereza no disminuía, pero por más empeño que le ponía lo dejaron como cacerola al Guatón Loyola.
Tan grande fue la pelea que traspasó los límites de la situación y de pronto todo Parral hablaba de ella. El Flaco Alejandro Gálvez y el Chico interpretaron su historia y la cueca prendió como por arte de magia, siendo cantada en todos los rodeos. La agarraron como un himno y se metió en la mente de la gente hasta convertirse en leyenda.
El 28 de agosto de 1978, a los 54 años y luego de varias operaciones que intentaron extirparle quistes que sufría en el estómago, el Guatón Loyola muere y es sepultado en el mas absoluto anonimato. Muere el hombre y queda una historia para siempre.
Sobre su particular reto pugilístico bajo una mesa, Loyola dijo al diario el Llanquihue de Puerto Montt: “Bueno, algo hubo. En uno de los entreveros caí, y el otro tipo agarró una silla y tuve que esquivarlo. Alguien trató de quitarle la silla, pero no resultaba. Entonces, un amigo echó mano atrás y el que peleaba conmigo pensó que iba a sacar una pistola y se espantó. En verdad, fue un manojo de llaves. Pidiendo auxilio salió corriendo para el lado de la estación y no supimos más de él”.