¿DÓNDE ESTÁN LOS MEJORES CHAMANTOS?
El huaso chileno, arrojado y aguerrido, característico en sus accesorios, carácter y atavío, no escatima en prendas para resaltar su identidad de campo, y será en la localidad de Doñihue donde sobresale quizás la más significativa de sus ropas: es el chamanto, una prenda tradicional criolla, la mezcla perfecta entre el chamal mapuche y el manto español, la unión de dos mundos en manos de las primeras chilenas de la nación ¡Me salió verso de la emoción!
Ubicada en la provincia de Cachapoal, una pequeña comuna de la región de O’Higgins, con 80 km2 y 16.000 habitantes, situada a 107 km al sur de Santiago se encuentra Doñihue. Con una tradición de casi 200 años, las mujeres de la localidad han perpetuado una técnica que no se aprende en ninguna escuela sino del boca a boca y el mano a mano. Se trata del tejido de doble faz, netamente americana que se encuentra en complejos textiles precolombinos; de este modo en esta pequeña ciudad se teje en un telar que es único en Chile y su manufactura que ha dado paso al chamanto.
El chamanto consiste en una pieza cuadrada con una apertura en el centro para que pase la cabeza, tal como el poncho pero decorada para alguna condición ritual y especial del campo chileno. Al ser tejido en doble faz, permite que el lado claro se use de día y el oscuro de noche. Las manos de las sencillas artesanas tejen cada chamanto con un diseño distinto y cada pieza tarda aproximadamente seis meses en terminarse. La manta corralera por otro lado se diferencia de esta típica prenda porque no posee diseño y tiene un uso funcional. El chamanto de Doñihue en cambio se usa en las fiestas típicas y rodeos del Valle Central, incluso es un regalo obligado a las visitas ilustres que llegan al país, el mismísimo Papa Juan Pablo II se llevó uno de vuelta al Vaticano.
Puesto que su fabricación demanda una gran cantidad de tiempo sumado a sus finos hilos, diseños personalizados con símbolos campestres y su original telar, hacen del chamanto una artesanía textil única en el país, de gran calidad y firmeza situado en lo más alto de la artesanía nacional y es por esto que esta tradición de las vecinas y vecinos de Doñihue logró reconocimiento oficial en 2014, cuando estos textiles fueron considerados como Denominación de Origen (DO) por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de Chile (INAPI). En la actualidad son alrededor de 40 las chamanteras que continúan con este arte que ha tenido incluso el Reconocimiento UNESCO Artesanías del Mercosur el año 2012.
Así que comadrita y compadrito, si viaja a la sexta región, no dude en visitar Doñihue, después de degustar una rica empanada acompañado de su vino Gato favorito conozca los talleres de estas artistas chilenas, porque si es chileno es bueno… ¡Y una tradición centenaria no se aprecia todos los días!