Mitos y leyendas de Chiloé
El Caleuche, nuestro barco fantasma
Comenzamos con una de las leyendas más conocidas de Chiloé. El Caleuche, un barco fantasma que navega por los mares del archipiélago en las noches de neblina, llega acompañado de sonidos de cadenas, música y fiesta, los que serían utilizados como anzuelo para atraer a los marineros y así hacerlos parte de su tripulación por toda la eternidad.
Los chilotes también postulan que el Caleuche sería el medio de transporte de los brujos, quienes serían los únicos que pueden subir a él sin convertirse en esclavos.
El resto de las personas debe tener cuidado, ya que puede ser muy peligroso mirar esta embarcación, corriendo el riesgo de morir al instante o quedar con la boca chueca. Además, el Caleuche puede sentir el aliento de las personas, por lo que es mejor no estar cerca cuando este aparece. Así que ante noches de neblina, mejor quedarse seguro en casa.
El Trauco, arráncate de él
Se dice del Trauco que es un hombre de tan solo 80 cm, con un rostro horrible pero de mirada especial y dulce que atrae a las mujeres. No tiene pies y viste de un traje con un sombrero hecho de una planta llamada coralito, que sirve para la producción de escobas y canastos.
Las personas que lo han visto cuentan que se cuelga de una rama de gran altura conocida como olivillo para esperar a sus víctimas. Su accesorio es un hacha hecha de piedra, que convierte en bastón para no asustar a las mujeres y así poder realizar su cometido: abusar de ellas.
Es por eso que habita cerca de la casa de los lugareños, para observar los movimientos de las chilotas. Y por lo mismo, los pobladores de Chiloé cuidan muy bien a sus hijas y tratan de evitar que anden solas por el bosque, debido al miedo que existe por este hombrecito de baja estatura pero de malvadas intenciones.
Sin embargo, los cuidados nunca son suficientes y de vez en cuando una mujer se sumerge en el bosque, entonces el Trauco baja lo más rápido posible del árbol y con su hacha de piedra le da 3 golpes al olivillo para así imponer presencia. Luego la muchacha se encuentra con el Trauco a su lado, este le tira su aliento y ella cae en un profundo sueño sin ninguna resistencia.
Tras su hechizo, la mujer regresa a su casa sin saber concretamente lo que le ha sucedido. La joven luego de haber tenido el encuentro con este personaje empieza a experimentar cambios muy extraños en su cuerpo y después de 9 meses de haber sufrido el embrujo del Trauco, nace un hijo de esta misteriosa criatura.
Camahueto, el unicornio chileno
El camahueto nace en lo alto de los cerros vecinos al mar. Es de color verde, tiene el aspecto de un ternero y de su frente crece un cuerno dorado. Cada dos o tres décadas, arranca desde el fondo de estos cerros en dirección al mar para encontrarse con la “vaca marina chilota”, otro ser mitológico del sur de Chile. En su trayecto – que ocurre generalmente los días de tormenta- arrasa con todo lo que encuentra: árboles, rocas y barro, desplazando terrenos y haciendo líneas en la tierra con su cuerno, que dan origen a riachuelos.
Si de repente un chilote cree que un camahueto está por nacer en su terreno, debe buscar a brujo llamado “lacero”, quien lo atrapa con una cuerda tejida con la alga sargazo; o ir por una machi, quien mediante el uso de una cuerda tejida con voqui (planta trepadora) es capaz de capturarlo. Al ser atrapado se le corta el cuerno para que se vuelva completamente manso y deje de hacer destrozos.
El cacho del camahueto es lo más valioso que posee este animal. Los machis siembran pequeños trozos de él en otros cerros y transcurridos treinta años, nacen otros camahuetos; sin embargo, parte del famoso cacho lo llevan a su domicilio para preparar medicinas. Se dice que entre las propiedades que posee se encuentra el remedio para curar la impotencia, anemia, reumatismo e infecciones cutáneas.
Desde la ira de un ser que arrasa con todo, hasta la calma que producen los remedios hechos con su cuerno es la amplitud de efectos que causa camahueto.
El Basilisco, el más terrorífico
Mitad gallo y mitad culebra, el Basilisco se mueve arrastrándose por el suelo. Este ser nace de un huevo, puesto e incubado por un gallo, el cual tiene la particularidad de tener una cáscara gruesa y rugosa y color grisáceo.
Los habitantes de Chiloé saben que de encontrar un huevo de estas características deben quemarlo inmediatamente, ya que es la única forma de evitar que nazca el Basilisco.
Si no se quema el huevo a tiempo, de él sale una criatura mitad ave y mitad reptil que se esconde debajo de la casa del dueño del gallo. Solo abandona su escondite de noche, momento en que emite un canto mágico que hace que todos permanezcan dormidos.
De esta forma, aprovecha de absorber el aliento y la saliva de las personas, quienes comienzan a perder peso, palidecer, tener tos y problemas respiratorios y acaban muriendo al poco tiempo.
Se dice que la única forma de eliminar al basilisco, una vez que ha salido del huevo, es quemar la casa en donde ataca a sus víctimas.
Brujos de Chiloé ¿mito o realidad?
El origen de los brujos chilotes parece ser cuando un navegante español que visitaba la zona en el siglo XVIII – José Manuel de Moraleda – tuvo un enfrentamiento con una hechicera huilliche, quien tras hundir el barco de José Manuel, recibió de regalo un libro de hechicería europea, conocido como Libro de Arte. Hace décadas se dice que los Brujos sacaron sus conocimientos mágicos de este libro, los cuales se fueron fusionando con los rituales y prácticas de los indígenas de la zona.
Un periodo de especial importancia para los brujos de Chiloé fue el acontecido entre los siglos XVIII y XIX. Durante ese tiempo, el archipiélago era dominado por La Mayoría, una sociedad secreta de brujos que estableció una institucionalidad paralela al Estado en la entonces llamada Recta Provincia, que corresponde a la actual Provincia de Chiloé.
Según la creencia popular, los brujos tienen la habilidad de volar, transformarse en animales, provocar daño a las personas a distancia y conocen muy bien las propiedades de las plantas y partes de animales. Sin embargo, también tienen debilidades: no pueden probar la sal y son especialmente sensibles al humo de canelo. Además, para convertirse en brujos, deben pasar por dramáticos rituales de iniciación. Tan así, que los registros de la zona cuenta que en el año 1880, se llevó a cabo un proceso judicial en contra de varios miembros de La Mayoría, en donde varios de ellos confesaron pertenecer a esta sociedad secreta de brujos.
El Invunche, el portero de los brujos.
Y a propósito de los brujos chilotes, una de las leyendas más escalofriantes es la del Invunche, Imbunche o Machuco, que corresponde a una criatura deforme manejada por los brujos con la función de proteger la entrada a su cueva, siendo además utilizado como instrumento para venganzas o maleficios.
El Invunche es tétrico, no puede hablar debido a las deformidades de su cuerpo, por lo que solo puede comunicarse a través de sonidos guturales, haciendo más inquietantes sus apariciones.
Según la leyenda, para crear un Invunche los brujos deben secuestrar a un niño primogénito de menos de 9 días, al cual deben deformar y alimentar con leche de gata negra y con carne humana. Este ser es una criatura de vida corta que solo deja pasar a la cueva de los brujos a quienes conocen el santo y seña y le hacen una reverencia.
Bueno comadrita y compadrito, el archipiélago está lleno de relatos y leyendas. Si usted viaja a la zona o vive ahí, pórtese bien y aguarde en casa las noches de niebla, porque ante la duda, siempre es mejor evitar ese encuentro cara a cara con criaturas imposibles.