Patrimonio Cultural
Muchos edificios son patrimonio, pero ¿ciudades completas? en Chile tenemos todas estas.
La categoría Patrimonio de la Humanidad es una definición de la Unesco, que busca preservar y dar a conocer espacios de importancia cultural o natural a nivel mundial.
Una ciudad patrimonial es una experiencia. Es recorrer, caminar y palpar historia. Fantasear pasados posibles y experimentar una obra sin inicio ni final, donde la suma de todos los recovecos son la recompensa. Ciudades que parecen máquinas del tiempo y que gracias a la tecnología humana o al simple azar han permanecido en pie para recordarnos a quienes estuvieron antes.
Las ciudades patrimoniales que tenemos en nuestro país son las siguientes:
Barrio histórico de Valparaíso
Año patrimonial: desde el 2003.
Ubicación: Valparaíso (Región de Valparaíso).
El sector colonial de Valparaíso, su casco histórico y las casonas de sus cerros más emblemáticos constituyen un ejemplo del desarrollo urbano y arquitectónico de América Latina a finales del siglo XIX. Enmarcada en un sitio natural en forma de anfiteatro, la ciudad se caracteriza por un tejido urbanístico sin igual. Caos habitacionales que se conectan a través de escaleras que parecen verdaderos pasadizos secretos. Murales de artistas importantes, fachadas de colores, una ex cárcel convertida en centro cultural y la bohemia anarquista hacen de esta ciudad una joya única del pacífico. Incomprensible, espontánea y ambivalentemente vieja y jóven. Misteriosa y abierta. Entregada y singular. Llena de contradicciones en cada esquina, el puerto enamora de noche y te lleva a caminar de día.
Oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura
Año patrimonial: desde el 2005.
Ubicación: Pozo Almonte, a unos 47 kilómetros de Iquique (Región de Tarapacá).
Si hoy el sueldo de Chile es el cobre, a comienzos de siglo XIX fue el salitre. Toda una industria, obreros, oficios y pueblos se desarrollaron alrededor de esta extracción minera hoy extinta. Pero como un pueblo fantasma, entre paredes oxidadas, calles de tierra y desierto grotesco, aparece Humberstone y Santa Laura para recordarnos el lujo del siglo pasado y las condiciones laborales extremas. Teatro, mercado, pulpería, iglesia y casas abandonadas siguen atrayendo a cientos de turistas que quieren conocer más sobre el pasado de nuestra historia. Juguetes abandonados que no fueron embalados en las maletas del exilio, butacas, vestimentas de alcurnia y objetos varios quedaron varados para siempre en este pueblo que bien podría parecer una fotografía olvidada dentro de un baúl.
Ciudad minera de Sewell
Año patrimonial: 2006.
Ubicación: Cerro Negro, provincia del Cachapoal, a unos 60 kilómetros de Rancagua (Región de O’Higgins).
El campamento minero Sewell, más conocido como “la ciudad de las escaleras”, nació en plena montaña en torno a una escalera central que se elevaba desde la estación ferroviaria, llegando a tener más de 15 mil habitantes.
Asentada en la Cordillera de Los Andes a más de 2000 metros de altura, la ciudad fue construida por la empresa Braden Copper en 1905 para albergar a los trabajadores de la mina El Teniente, la mayor mina subterránea de cobre del mundo. Su singularidad es ser un ejemplo vivo de las ciudades construidas por empresas industriales, alojadas en lugares apartados del planeta. En 1998 fue declarado monumento nacional, mientras que en julio de 2006 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a su incalculable valor histórico y cultural para Chile y el mundo. Todavía está operativa la mina aunque Sewell es una ciudad abandonada que tal como Humberstone recibe cada año numerosos turistas, Si algún día quiere visitar Sewell quizás tenga que ir con ropa de nieve.
Parque Nacional Rapa Nui
Año patrimonial: desde 1995
Ubicación: Isla de Rapa Nui, territorio insular (Región de Valparaíso).
Asentada en esta isla hacia el año 300 d.C., una sociedad de origen polinesio creó colosales formas arquitectónicas y esculturales dotadas de una gran fuerza, imaginación y originalidad. Luego, desde el siglo X al XVI, construyeron santuarios y esculpieron los famosos y enigmáticos “moai“, probablemente para espantar a los barcos extranjeros.
Así es como el Parque Nacional Rapa Nui, fue declarado Parque Nacional y Monumento Histórico Nacional en 1935. Además de ser Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1995. Cuenta con una superficie de 7.150 hectáreas y dentro del parque puedes conocer diferentes sitios históricos y culturales como el Rano Kau, Orongo, Ahu Tongariki, Rano Raraku, Ahu Akivi, Puna Pau, Ahu Tahai, Ana Te Pahu, Ana Kakenga, Ahu Akahanga, Te ara o te moai, Ahu Te Pito Kura, Ahu Vinapu y los petroglifos Papa Vaka. La mezcla perfecta entre lo natural y lo cultural. Una experiencia que te acercará a los ancestros y también a la relación entre el ser humano y su paisaje, el humano y las olas, el humano y la finitud de la isla rodeada de la soledad que solo un océano puede dar.
Iglesias de Chiloé
Año patrimonial: desde 2000
Ubicación: Las iglesias están ubicadas en las localidades de Castro, Chonchi, Dalcahue, Puqueldón, Quemchi y Quinchao, provincia de Chiloé (Región de Los Lagos).
Si bien el archipiélago de Chiloé en sí mismo no es patrimonio de la humanidad, la cantidad de iglesias propias que lo son, dan para hacer un circuito por las islas, navegando con parka y gorro de lana en una barcaza divisando las siluetas de cruces cristianas y techos y muros de tejas de madera que sobresalen desde la costa.
La Ruta de las iglesias patrimoniales en Chiloé comprende nueve iglesias en la Isla Grande, tres en Lemuy, dos en Quinchao, una en Caguach y una en Chelín.
Estas 16 iglesias están construidas totalmente de madera, siendo únicas a nivel mundial de este estilo arquitectónico. Su construcción comenzó con los evangelizadores jesuitas entre los siglos XVII y XVIII, luego los franciscanos la continuaron en el siglo XIX y hasta el día de hoy se conservan para uso religioso y para que miles de turistas puedan visitarlas cada año.
Qhapaq Ñan
Año patrimonial: 2014
Ubicación: Más de 30.000 km de largo incluyendo territorios de seis países de Latinoamérica.
El “Camino del Inca” o Qhapaq Ñan, es una milenaria ruta que fue parte de un extenso camino que construyeron los incas, abriéndose paso entre las montañas para poder comunicarse. Este sistema vial pasa por varios países entre ellos Perú, Bolivia, Argentina y Chile. En nuestro país tiene cuatro tramos: uno en Arica, dos en Antofagasta y uno en Atacama.
Fue la columna vertebral del poder político y económico del Tawantinsuyo, es decir, un camino que combina tradiciones y misticismo en torno al imperio andino.
En 2003, tras una invitación del gobierno de Perú, Chile se integró a este reconocimiento, valoración y conservación internacional del patrimonio. Porque las culturas trascienden la división política de los países y muchas veces tienen que ver más con la geografía, el clima y las condiciones ambientales, es que este legado inca genera una complicidad latinoamericana.
Y usted, comadrita y compadrito, ¿cuál de estas herencias del pasado le gustaría conocer?