¿QUIÉN DESPERTÓ AL MONSTRUO?
En una época, los artistas de Viña no subían con temor a ser devorados.
Eso cambió una noche de Febrero de 1968.
El famoso Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, nace como una instancia de premiación a compositores y cantantes de música popular y folclórica de distintas partes del mundo, el 21 de febrero de 1960.
En un comienzo, capaz usted recuerde comadrita y compadrito, gran expectación generaban las y los ganadores de dicho certamen, las canciones terminaban sonando en la radio y sus intérpretes se convertían en fugaces celebridades. Imagínese, sin internet ni televisión por cable o satelital, un evento que reunía a embajadores musicales de distintos países era panorama obligado en las casas chilenas. Común era el picoteo, el vituperio, el sofá lleno de comensales y el volumen fuerte frente al televisor del hogar.
Pero con el éxito y masividad del festival, poco a poco los artistas invitados a presentarse entre cada competencia fueron ganando terreno convirtiéndose en los verdaderos protagonistas de la jornada y en la razón de asistir a la mítica y extinta concha acústica.
Artistas de talla internacional pisaban los escenarios y hacían sentir a Chile como un país menos pequeño y aislado, junto con los cantantes locales que consagraban su carrera a nivel nacional presentándose ante las 15.000 almas eufóricas.
Pero no fue hasta la octava versión, aquel 1968 en que el público demostró personalidad con el despertar del “monstruo”. A estas alturas, los asistentes ya estaban más exigentes e impacientes durante la larga jornada festivalera y por primera vez cobraron una víctima, quien no alcanzó a terminar su presentación debido al abucheo. Se trató de Gloria Simonetti, que sufrió durante las dos veces que se subió al escenario. La intérprete de “Para Cuando Vuelvas” dijo que las pifias fueron producto de una campaña en su contra, por ser hija de un empresario.
Desde entonces el escenario de la Quinta Vergara se convirtió en una trinchera. El éxito no está asegurado para nadie, ni siquiera para los animadores, pues si se presenta un show muy exitoso, el monstruo no dejará comenzar las competencias hasta quedar saciados de hits. La mayoría de las víctimas han sido comediantes, por otro lado, quedan para el recuerdo polémicas como la del Puma Rodríguez, quien fue el primer cantante en ser ovacionado por el público pidiendo “gaviota” cuando estaban destinadas sólo para las competencias, momento que el Puma aprovechó diciendo “a veces hay que escuchar la voz del pueblo”.
Es el monstruo el protagonista de Viña, quien dirige el avance de cada jornada, quien goza o lapida, aunque a veces los artistas tienen su revancha. Al año siguiente del abucheo, Gloria Simonetti ganó el festival con la canción «Mira, mira».